El País
"Cooperación", "colaboración", "lealtad institucional", "consenso", "acuerdo"... Un verdadero alarde de buenas intenciones cerró ayer un lustro de enfrentamientos y zancadillas entre el Ayuntamiento de Málaga y la Consejería de Obras Públicas de la Junta que se ha traducido en retrasos de infraestructuras tan decisivas para la ciudad como el metro. En su primera reunión, el alcalde malagueño, Francisco de la Torre, y la nueva consejera, Rosa Aguilar, acordaron que el futuro bulevar sobre las vías del tren será financiado a partes iguales por ambas administraciones.
La obra, que consta de dos fases y que el Ayuntamiento valora en 26 millones de euros, permitirá eliminar la cicatriz ferroviaria que en la actualidad divide a los dos distritos más poblados de la ciudad, Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz. Aguilar señaló su intención de suscribir "cuanto antes" el convenio de colaboración para la primera fase de la obra. Según el regidor, el documento se puede rubricar "como muy tarde en septiembre u octubre". De la Torre defendió que la actuación cuente con fondos europeos.
Atrás quedaron los desencuentros entre De la Torre y la ex consejera Concha Gutiérrez, actual secretaria de Estado de Transportes. El alcalde y Rosa Aguilar también se mostraron dispuestos a colaborar en la reurbanización de la Carretera de Cádiz aprovechando las obras del metro. En este caso el problema, aparte del dinero, tiene que ver con el tipo de actuación. Mientras la Junta habla de "bajar radicalmente" la densidad de tráfico en esa arteria, el Ayuntamiento no se plantea la peatonalización.
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