J. Jiménez, F. Godoy
Por más capítulos que tengan, los culebrones suelen terminar. Bien o mal, pero acaban. Y parece que el epílogo del caso Eliseu está escrito. El futbolista portugués aceptó ayer la oferta del Lazio y jugará en Roma las próximas cinco campañas. Eso desbloquea las negociaciones entre el Málaga y el conjunto italiano, que habían llegado a un acuerdo para el traspaso del jugador el viernes pasado. Eso sí, ha habido que hacer mucha fuerza para desenquistar la operación.
Porque Eliseu no quería firmar después de ver que no cumplían con lo que le habían prometido en un principio. Así que su agente, Carlos Gonçalves, y una delegación del Lazio tuvieron que venir a Málaga para convencer definitivamente al extremo, que jugó la carta de irse al Betis (que le ofrecía un sueldo de 800.000 euros al año y estaba dispuesto a pagar la cláusula) como amenaza.
Eso no gustó al Málaga, porque a sus arcas le viene de perlas el millón de euros que le van a ingresar los italianos (falta por concretar la forma de pago, que no termina de estar clara). Después de la cumbre que hubo ayer en las oficinas del estadio de Martiricos, el entente es total. Además, el acuerdo también puede ser muy beneficioso en el aspecto deportivo. Porque Málaga y Lazio concretan la llegada de futbolistas celestes a La Rosaleda. Hay una importante lista de candidatos a llegar cedidos a la Costa del Sol. El favorito es el delantero nigeriano Makinwa, que jugó cedido en el Lecce la última campaña. Pero no es el único sobre la mesa.
El Lazio cuenta con muchos futbolistas en nómina, demasiados. Necesita soltar lastre. La lista de transferibles es casi interminable: Makinwa, Bizarri, Baronio, Firmani, Stendardo, Bonetto, Scaloni, Carrizzo, Zauri, Berni y Correa. Algunos interesantes, otros...
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