Las denuncias a los 'gorrillas' se duplican en dos años en Málaga


A. BLANCO

Los gorrillas o aparcacoches ilegales cada vez lo tienen más difícil. La Policía Local asegura que ha denunciado a 466 personas entre enero y mayo de este año, es decir, unas 93 al mes. Se trata de casi el doble que las 54 mensuales registradas en 2007 (en 2008 fueron 60 al mes).

Ayudar al aparcamiento de coches u ordenarlos en la vía pública pidiendo dinero a cambios sin autorización municipal conlleva una sanción administrativa. Si la persona reincide, los agentes denuncian el caso en los juzgados, ya que se trata de una desobediencia a la autoridad. La Policía Local de Málaga ha detectado 64 reincidentes en lo que va de año, casi tantos como los 70 de todo 2008.

Sólo durante el mes de mayo se efectuaron 134 denuncias a aparcacoches ilegales; 20 ya habían sido sancionados anteriormente.

A muchos gorrillas ni siquiera se les puede multar con los 90 euros que recoge la ordenanza de Tráfico porque se declaran insolventes. La pena máxima que puede caer por un delito de desobediencia es un fin de semana en los calabozos, según relatan los agentes locales.

Zonas conflictivas

Normalmente los policías que patrullan por una misma zona saben dónde se producen estos actos y la vigilancia allí es mayor, explican desde el cuerpo, y la mayoría se va de la zona cuando son denunciados. Además, algunos gorrillas no sólo se dedican a pedir dinero por no dar ningún servicio, sino que son delincuentes habituales.

En ocasiones, ocupan el lugar de los aparcacoches autorizados cuando éstos se marchan. Algunos ejemplos de lugares frecuentados por estas personas son calle Babel (junto al puente de las Américas), zona de la Alameda de Colón, plaza de la Merced o cerca de las estaciones de trenes y buses.

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