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La Policía Nacional ha desarrollado en las últimas horas una importante operación contra una presunta red de prostitución de menores que operaba a través de un pub del Centro de Málaga y que captaba a adolescentes desfavorecidos que cobraban 20 euros por cada contacto sexual con hombres. El principal imputado es el propietario del establecimiento, un individuo que tiene antecedentes policiales por corrupción de jóvenes que no habían cumplido la mayoría de edad.
Según pudo saber ABC de fuentes próximas al caso, la intervención se llevó a cabo la madrugada del sábado como culmen de una larga investigación que se intensificó en las últimas semanas.
Un amplio operativo de agentes de cuatro unidades distintas —Grupo de Estupefacientes de la Udev, efectivos de la Comisaría Centro y miembros de la Ucrif y del Servicio de Atención a la Familia (SAF)— irrumpieron en el establecimiento, llamado Embrujo y ubicado en la calle San Juan de Letrán, cuando éste estaba abierto al público.
Antecedentes penales
La Policía arrestó como supuesto cerebro de la trama, el propietario del local, un individuo con antecedentes por corrupción de menores. Éste presuntamente era el encargado de contactar con los adolescentes vía telefónica y cobraba por los servicios sexuales a los clientes. Las tarifas oscilaban en base a la edad del joven.
La mayoría tenían 16 o 17 años y eran de nacionalidad rumana o de origen magrebí, aunque también había subsaharianos, pero en un porcentaje testimonial. Además, había jóvenes que acaban de cumplir los 18 ó 19 años.
Coincidían en que eran de condición humilde, principal aspecto que utilizaba el supuesto cabecilla de la red para captarlos. Según las citadas fuentes, les solía pagar 20 euros por cada servicio, pero en ocasiones les entregaba una dosis de droga, habitualmente medio gramo de cocaína.
Uno de ellos, que fue localizado por los agentes y que prestó declaración en compañía de un familiar, es un adolescente cuya familia tiene dificultades económicas. El padre se encuentra en paro y los pocos ingresos que obtiene son recogiendo chatarra. Cuando los agentes irrumpieron en el local no hallaron a ningún adulto practicando sexo con algún menor, pero las fuentes cercanas al caso señalaron que hay pruebas suficientes, entre ellas declaraciones de adolescentes y de clientes, que confirman esta execrable actividad.
El perfil de los clientes que se ha podido trazar de las numerosas vigilancias realizadas por los agentes es que eran de edad media —había algunos de unos 60 años— y de clase media o media-alta.
Otras tres personas fueron detenidas. Son el camarero del bar, la pareja sentimental del propietario y un ex empleado. Éste último fue puesto en libertad posteriormente, aunque permanece imputado. Los cuatro arrestado son varones.
Una balanza y cocaína
Además del registro del pub, los agentes inspeccionaron el domicilio del principal inculpado, donde hallaron una balanza de precisión y una cantidad no precisada de cocaína. Las fuentes consultadas explicaron que la venta de esta sustancia era la otra gran vía de ingresos de los detenidos.
Los cuatro individuos han sido acusados inicialmente de corrupción de menores, de delitos relativos a la prostitución y de tráfico de drogas.
Las citadas fuentes señalaron que en los registros se incautaron de documentación que va a comenzar a ser analizada por si de ella se desprenden otros hechos punibles o más personas imputables.
En la operación también participaron agentes expertos en Extranjería porque la situación irregular de algunos menores.
El establecimiento tenía un sistema de videocámaras exterior
Las precauciones que adoptaba el propietario del pub Embrujo eran máximas y eso ha dificultado mucho el desenlace del caso. Éste presuntamente instaló un sistema de videocámaras exterior con el que podía saber quién estaba llamando a la puerta y dejarlo entrar o no. Acceder al establecimiento era complicado si no lo hacías con un cliente habitual o los presuntos implicados te consideraban de confianza. Estas medidas de seguridad también iban encaminadas a favorecer la venta y consumo de sustancias estupefacientes en el local, la otra vía de atracción de menores y adultos. Hay que recordar que en la intervención, calificada como todo un éxito policial, se han aprehendido de importantes cantidades de cocaína y de elementos para su manipulación preparadas para su venta al «menudeo».
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