El metro de Málaga se retrasa a 2013 al resultar ruinosa su apertura parcial


El metro de Málaga no entrará en servicio el 11 del 11 de 2011 a las 11 de la mañana, como venía prometiendo hasta ayer la Junta de Andalucía, porque su apertura generaría unas pérdidas de 12 millones de euros anuales en una época de dificultades presupuestarias. En esa fecha mágica, apuntada en 2008 por la exconsejera de Obras Públicas Concepción Gutiérrez, y mantenida por sus sucesoras en el cargo -las fugaces Mar Moreno y Rosa Aguilar- solo se podrían poner en funcionamiento dos tramos inconexos: el que va en superficie por el campus de Teatinos y el que discurre soterrado entre el Palacio de Deportes Martín Carpena y la calle Héroe Sostoa.


Esta apertura parcial, defendida hasta ahora por la Junta, solo atraería unos 2.000 viajeros diarios al metro, según un estudio que la consejería dice haber recibido hace una semana. Tan baja afluencia supondría unas pérdidas anuales de 12 millones de euros, dinero que tendrían que abonar conjuntamente el gobierno andaluz (75%) y el Ayuntamiento de Málaga (25%) a la empresa concesionaria del suburbano como compensación.

La llegada a la consejería de Josefina Cruz Villalón -y el agravamiento de la crisis- han hecho recapacitar a la Junta. Sin embargo, fue el número dos del departamento, José Salgueiro, el encargado de transmitir la noticia de que abrir dos tramos inconexos del suburbano, como se planteaba hasta ahora, es inviable desde el punto de vista financiero. "Sería como pasear hierros y los tiempos no están para eso", afirmó el viceconsejero Salgueiro en un encuentro con periodistas.

La prudencia económica aconseja a la Junta posponer la inauguración a una fecha menos redonda: febrero de 2013. Para ese mes deberá estar terminado el trazado en V que conforman las líneas, de modo que los trenes puedan circular entre las zonas más pobladas de la ciudad, con más de 12 millones de pasajeros anuales.

La decisión de esperar a que esté terminado el tramo en V ha sido consensuada con la empresa concesionaria del metro. Aunque las pérdidas de explotación estarían asumidas por la administración, para la empresa, abrir dos tramos inconexos con el riesgo de que no acudan viajeros puede suponer "lastrar la imagen del metro como un producto de calidad", con el consiguiente desprestigio de ese medio de transporte y la pérdida de beneficios en el largo plazo.

Para la empresa, tener en funcionamiento los trenes en febrero de 2013 es perentorio. En esa fecha debe empezar a devolver las letras del préstamo del Banco Europeo de Inversiones, que financió el 48% de los 760 millones de euros que costará la obra completa del suburbano, que incluye el tramo en V de las líneas 1 y 2 y el llamado tramo común, que une el río Guadalmedina y la Malagueta y que supone llegar al centro de la ciudad. Cuando se contrató la obra, en el año 2005, estaba previsto que costara 403 millones de euros y que entrara en servicio en febrero de 2009.

Pese al jarro de agua fría, Salgueiro manifestó el "compromiso total" de la Junta con el metro a la que calificó de "obra prioritaria". El viceconsejero anunció que tras las elecciones generales del 20 de noviembre, los trenes comenzarán a circular en pruebas en los dos tramos cuya explotación comercial se ha desechado. También manifestó que en el primer semestre de 2012, la obra del tramo común, "debe estar contratada".

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