Era cuestión de horas. Como avanzó ayer este periódico, solo unos 'flecos' impedían hablar de Sergio Sánchez como nuevo jugador del Málaga. Siempre a expensas, como en cualquier operación en el mundo del fútbol, del reconocimiento médico. De este modo, el polivalente defensa catalán -que en principio viene para competir con Jesús Gámez por el puesto de lateral derecho-, es la última incorporación en el mes de junio más intenso de la historia del club con sus distintas denominaciones.
El Málaga ha vuelto a ofrecer otra demostración de su previsión, de su capacidad para moverse en el mercado sin hacer mucho ruido y de su solvencia en la negociación mano a mano con cualquier club. En diciembre ya dio una muestra de ello cuando cerró todas las incorporaciones incluso antes de que diera comienzo el mercado invernal. El objetivo era claro: poner a disposición de su entrenador, Manuel Pellegrini, todos los efectivos para que pudiera contar con ellos en el primer encuentro oficial después de la apertura del plazo.
Cuando algunos dirigentes apuntaban en privado a finales de abril que la dirección deportiva, encabezada por Antonio Fernández, tenía todo bajo control y que los objetivos para reforzar la plantilla estaban más que definidos y con nombres y apellidos, era evidente que no mentían. A las pruebas hay que remitirse.
El Málaga se había movido con tanta celeridad como convicción y sigilo. Tenía encarriladas distintas operaciones, como con Joaquín, Van Nistelrooy o Toulalan. Incluso, con el joven lateral izquierdo del Sporting José Ángel, aunque en este caso ni el club asturiano ni su agente exhibieron la seriedad que trata de imponer la entidad de La Rosaleda en sus gestiones y sorprendieron con una negociación con el Barcelona... para que el futbolista vaya a su filial. Probablemente él habría sido la incorporación.
En menos de cuatro semanas el Málaga ha cerrado media docena de fichajes. Porque todos llegan en propiedad. El 'efecto Van Nistelrooy' no ha podido ser más positivo. Su llegada sirvió para que otros jugadores dieran el paso decisivo -Toulalan y luego Mathijsen- y provocó que no decayera la expectación en la ciudad, muy evidente con la presencia de 15.000 personas en la presentación de las nuevas camisetas, de la firma Nike.
De uno en uno
Una tras otra, la puesta de largo de cada futbolista ha sido una fiesta. 'Van Gol', Monreal, Toulalan y la espectacular de Joaquín. Quedan en la agenda Buonanotte, Mathijsen y Sergio Sánchez. Inicialmente se meditó la posibilidad de reunir a Buonanotte y Sergio Sánchez el sábado, pero los propietarios son más partidarios de que las presentaciones se hagan de uno en uno. El turno de Mathijsen, si no surgen contratiempos con su llegada a Málaga, será el lunes.
El último nombre de la lista es Sergio Sánchez, un futbolista que después de permanecer casi un año de baja obligada tras detectársele una dolencia cardiaca está ansioso por recuperar el terreno perdido y por competir desde el primer minuto de la pretemporada.
El Málaga y el Sevilla cerraron a primera hora de la mañana de ayer el acuerdo para el traspaso de este polivalente defensa catalán -esa función de comodín ha influido en el aval de Pellegrini- y después, por la tarde, se rubricaron los distintos documentos. Conviene incidir en que el retraso obedeció únicamente a la forma de pago, porque el club de La Rosaleda ponía como condición innegociable prorratear en cuatro años la cantidad fijada, 2,8 millones. Durante la jornada del martes se avanzó lo suficiente como para verlo todo muy claro y únicamente quedaban 'flecos' en otros aspectos relacionados con cuestiones económicas.
Sergio Sánchez llegará en las próximas horas a Málaga para ser sometido a un exhaustivo reconocimiento. Eso sí, el Sevilla se prestó desde el principio a ofrecer todos los informes que confirmaban que el catalán está apto para jugar al fútbol e incluso desde La Rosaleda se ha hablado con varios especialistas. Eso sí, al no ser todavía jugador del Málaga, aún no ha podido pasar un examen médico.
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