La negociación de la Junta y los Picasso mantiene a José Lebrero en el museo
Tras la reunión del patronato del Museo Picasso Málaga celebrada ayer, un José Lebrero que ni quería ni podía hacer declaraciones esbozó una sonrisa ligera y dijo en voz baja: "El lunes vendré a trabajar". Lo cierto es que el mismo patronato de la fundación, que tenía en su encuentro como punto fuerte del día la decisión sobre la continuidad o el cese de Lebrero, ni siquiera consideró la petición de cese que había sido remitida por Christine Ruiz-Picasso. Bajo la expectación mediática, que motivó una rueda de prensa tras la reunión, todo se tradujo en buenos sentimientos, reconocimientos rotundos y mejores intenciones, pero de cualquier forma la continuidad de Lebrero confirma que las negociaciones que la Junta de Andalucía venía manteniendo con la familia de Picasso y su entorno en el mismo seno del patronato, tal y como reveló ayer este periódico, han llegado a buen puerto, al menos en la letra grande.
En la rueda de prensa, el consejero de Cultura, Paulino Plata, leyó un comunicado aprobado por unanimidad en el patronato en el que se instaba a "aprovechar los acontecimientos de los últimos días para que esta institución salga reforzada", así como a brindar a Christine Ruiz-Picasso "todo el apoyo, el reconocimiento y el respeto". Respecto a la polémica sobre la exposición Viñetas en el frente, se quiso zanjar "con el convencimiento de que por ninguna de las instituciones que forman el patronato ha sido utilizado el museo con fines políticos ni en esta ocasión ni en ninguna otra". Y en cuanto a posibles consecuencias, el patronato admite la necesidad de "un análisis y verificación de los procedimientos internos de la toma de decisiones del museo para asegurar el óptimo funcionamiento de la institución". Preguntado por posibles consecuencias concretas de esta iniciativa, Plata explicó que se encargará este análisis "en su momento" a un equipo técnico y que mientras tanto se mantendrán la directrices aplicadas hasta la actualidad.
La reunión del patronato comenzó a las 13:00 y se celebró durante algo más de una hora y media, aunque fuentes del mismo explicaron que Plata, Cristine y Bernard Ruiz-Picasso mantuvieron primero un encuentro aparte durante casi una hora. De esta conversación "exhaustiva e intensa" salió ya la declaración que posteriormente fue aprobada por el patronato en pleno. Durante los aproximadamente 45 minutos restantes se acordaron las cuentas del último ejercicio.
Lebrero estuvo presente en la reunión pero, según las fuentes, "al tratarse sólo temas económicos, no intervino". Resulta significativo que el documento consensuado por el patronato contenía expresiones literales que Paulino Plata había empleado antes de la reunión, a las 11:00, en la rueda de prensa de presentación del Festival de la Luna Flamenca de Guaro (celebrada en el mismo Museo Picasso), en la que el consejero fue preguntado al respecto: Plata afirmó entonces que "las personas pasamos, las instituciones permanecen", y que "es importante saber hacer de cualquier problema una oportunidad para reforzar el museo", citas luego insertadas tal cual, así como los elogios a Christine Ruiz-Picasso, en la declaración del patronato. Es evidente, por tanto, que Plata ya traía esta declaración, al menos en un porcentaje alto, antes de que se celebrara la reunión, y que buena parte de los términos acuñados son suyos, lo que demuestra que la negociación ya estaba avanzada.
La posición de Lebrero, no obstante, queda en una situación delicada a pesar de que se haya garantizado su continuidad al frente del Museo Picasso. Aunque no prosperara, la petición de su cese se ha traducido ya, inevitablemente, en un desgaste por pérdida de confianza. Su particular línea expositiva, dedicada especialmente a rastrear la huella de Picasso en el arte contemporáneo, ha quedado ya demostrada, y habrá que comprobar en qué medida se mantiene esta intuición estética. Por el momento, Lebrero dispone de una oportunidad decisiva para reivindicarse y superar este desgaste con la gran retrospectiva de Alberto Giacometti que se inaugurará el próximo 17 de octubre, una exposición histórica para Málaga que contará sin duda con una proyección más que notable. Por mucho que ayer se pretendiera hacer borrón y cuenta nueva, el Museo Picasso y Lebrero necesitan un revulsivo de este calibre para rematar la faena.
Por otra parte, tal y como se anunció el jueves, medio centenar de personas se manifestaron ayer en el museo mientras se celebraba la reunión del patronato para exigir la continuidad de José Lebrero como director. Entre los presentes se encontraban artistas como Eugenio Chicano, Diego Santos y Paco Aguilar, galeristas y comisarios como Tecla Lumbreras, Mariluz Reguero y Paco Jurado, representantes institucionales como el director de la Fundación Málaga, Pedro Martín Almendro, y políticos como el portavoz de IU en el Ayuntamiento, Pedro Moreno Brenes, así como el poeta Juan Carlos Mestre, que ofreció un recital en el jardín del museo la noche del jueves. Las asociaciones de artistas que convocaron la manifestación entregaron al museo 400 firmas de apoyo a José Lebrero, entre las que figuraban las de directores de varios museos andaluces. Ahora toca estabilidad, por el bien de todos.
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