Manuel Pellegrini contará con la plantilla más amplia de su carrera. Si finalmente el Málaga completa el puzle tal como está previsto, el entrenador chileno puede encontrarse con veintisiete jugadores. Eso sí, para ello debe llegar un tercer portero, como ha reclamado el técnico después de la sucesión de contratiempos en esta posición durante la pasada campaña.
El Málaga encaró la segunda vuelta de la Liga anterior con veintitrés jugadores profesionales más los meritorios Recio, Portillo y Juanmi. En el mercado de diciembre llegaron varias incorporaciones e incluso los propietarios dieron luz verde a cuantas operaciones fueran necesarias, pero las elevadas pretensiones económicas de determinados clubes frenaron otros fichajes. Además, aunque nunca trascendió, también Pellegrini se mostró contrario a más cambios en el grupo. Prefería que la reestructuración no fuera muy llamativa, porque consideraba que de lo contrario se corría el riesgo de fracturar el vestuario, cuando lo más aconsejable era estar unidos para superar una situación excesivamente complicada.
Los que conocen a Pellegrini admiten que al chileno no le gustan las plantillas muy amplias, básicamente porque así es más difícil trabajar con su metodología, encaminada a movimientos muy mecanizados. Aun así, conviene recordar que en el segundo tramo de la temporada no tuvo problemas pese a que la cifra era más elevada de la cuenta.
Ahora puede darse el caso de que Pellegrini disponga de la plantilla más amplia en toda su trayectoria. Puede llegar a veintisiete efectivos, aunque ello pasa por que el número de incorporaciones ascienda como mínimo a una decena. En principio la 'lista de la compra' incluía nueve altas más la variable de un segundo central (joven y con proyección) para el puesto del danés Stadsgaard. Pero posteriormente el propio técnico mostró su deseo de contar con otro guardameta en previsión de posibles contratiempos.
Tanto ese segundo central (cuya incorporación no variaría el número de componentes de la plantilla) como el tercer portero no son prioridades, de forma que si este último no llegara se repetiría la cifra de efectivos con la que contó Pellegrini durante la segunda vuelta. Entonces, el Málaga sumaría cuatro nombres más a los fichajes ya realizados (Buonanotte, Van Nistelrooy, Monreal, Mathijsen y Toulalan). Se trataría de un lateral derecho y tres elementos de ataque para acompañar al ariete y a los dos medios.
Sean veintiséis o veintisiete los pupilos que tenga Pellegrini a la hora de la verdad -porque Recio, Portillo y Juanmi estarán a todos los efectos en la primera plantilla-, resulta evidente que la reestructuración en el vestuario será la más importante posiblemente de la historia. En otras temporadas sí se produjo un cambio masivo de piezas, pero nunca el nivel de los nuevos fue tan superior respecto al de los que se marcharon. Cabe recordar que la relación de 'supervivientes' en la plantilla será muy escasa: los guardametas Caballero y Rubén, los centrales Demichelis y Weligton (más la incógnita de Stadsgaard), los laterales Jesús Gámez y Eliseu, tres centrocampistas (Camacho, Apoño y Maresca), un volante (Duda) y tres puntas (Sebastián Fernández, Baptista y Rondón).
No cabe duda de que desde el primer momento los dirigentes del Málaga eran conscientes de que había que cambiar el equipo de arriba abajo. El consenso absoluto entre los cuatro (Abdullah Ghubn, José Carlos Pérez, Antonio Fernández y Manuel Pellegrini) ha sido fundamental en la toma de decisiones hasta el momento. Algunas, como el descarte de Lucho González, se adoptaron después de comprobar que el precio de mercado era exagerado. Otras, como la apuesta en firme por Toulalan, reflejan a la perfección que todos los que tienen voz y voto en la planificación sabían lo que se buscaba. Y esa convicción en apuntalar casi todas las zonas del campo -serían todas si llegara otro guardameta- es el origen de que Pellegrini pueda contar por primera vez en su dilatada trayectoria con una plantilla de hasta veintisiete elementos.
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