Aitana Sánchez-Gijón brilla en Málaga con 'The Frost'


La muerte accidental de un hijo puede sacar a flote los demonios latentes de sus progenitores. Para los protagonistas de The frost (La escarcha) el trauma desencadena todo un proceso de destrucción personal. El debut en el largometraje del actor y cortometrajista catalán Ferran Audí se presentó ayer en la sección oficial como un drama psicológico inspirado "libremente" en la obra de teatro El pequeño Eyolf del dramaturgo noruego Henrik Ibsen. Una atormentada Aitana Sánchez-Gijón protagoniza esta coproducción hispano-noruega rodada durante seis semanas en Noruega. Completan el reparto Tristán Ulloa, el noruego Trond Espen Seim y la sueca Bibi Andersson, musa de Ingmar Bergman en títulos como El séptimo sello.

"Me resultó muy pertubador el guión. Que una madre pueda decir que no supo amar a su hijo. Descubrir esa bajada a los infiernos me pareció muy interesante", resumió ayer Aitana Sánchez Gijón. En el gélido y abismal contexto de un pueblo perdido en la montaña se desarrolla esta historia de pérdidas, reproches, frustraciones, "cosas no hechas ni dichas y sentimientos ocultos", añadió la actriz.

Entre otras seducciones a la protagonista le convenció del proyecto rodar "en un lugar con una naturaleza tan impactante, y donde el hombre y la naturaleza tienen un contraste enorme y el hombre queda reducido como una hormiguita frente al Universo", opinó. Rodada en inglés y noruego con subtítulos en español The frost supuso para Ulloa una oportunidad de reencontrarse con Ipsen. "Siempre me pareció un adelantado a su tiempo, planteando temas tabúes como los padres que no quieren a su hijo o el incesto", expresó en referencia a la escena en la que se sugiere una relación entre los dos hermanos.

Tanto el director como el productor, Raúl Perales provienen del mundo del teatro (juntos trabajan en una compañía), experiencia que han podido volcar en su primer largometraje a través de largas sesiones de ensayos previos con los actores. "Antes del rodaje nos encerramos durante dos semanas en Noruega a ensayar como si fuéramos a hacer una obra de teatro. Dime tú qué productor invierte parte de su dinero en ensayar", se preguntó Aitana.

Para su director, este entrenamiento previo fue crucial. "Los actores tenían que llegar muy bien preparados para que le rodaje fuera lo más ágil posible dada las circunstancias climatológicas. Hubo tormentas, nevadas...", explicó Audí. Ese tiempo invertido le permitió además acortar los textos originales. "Había demasiado escrito y gracias a los ensayos pudimos eliminar muchas frases. Cuando vimos lo que expresaban los actores no hacía falta más", detalló el realizador.

Para todo el equipo la posibilidad de relatar este drama en versión original subtitulada no aporta más que ventajas. "El doblaje es un mal endémico, nos perdemos muchos matices", advirtió Ulloa.

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