Picasso estuvo en la arena de La Malagueta


Se anunciaba que la I Corrida Picassiana iba a ser un gran acontecimiento social para la ciudad. Algo así como la goyesca para Ronda. Así, gran cantidad de medios gráficos estaban por los alrededores de la plaza buscando a los famosos. Pero no aparecieron. Los tendidos estaban llenos, aunque el glamour se echó en falta.

No obstante, y con las cámaras de televisión en directo, se pretendió crear un ambiente especial en el interior de la plaza. De este modo, nada más acceder, los espectadores podían contemplar los seis toros y los tres toreros que, con inspiración picassiana, había plasmado sobre el albero el pintor Andrés Mérida.

Otro de los aspectos que habían despertado el interés es el atuendo de los matadores. Y las opiniones fueron para todos los gustos. Así, hay quien no encontraba grandes diferencias, salvo en el caso de Castella que optó por un atrevido vestido de torear multicolor, con los ternos goyescos, mientras que otros aplaudían la caracterización especial para esa tarde.
Homenaje. Precisamente, fue el diestro galo el que más empeño puso en rendir su particular homenaje al pintor malagueños, no sólo con la evocación a los arlequines del traje, sino también con un capote de paseo que plasmaba en acuarela a las ´Señoritas de Avignon´. Por contra, Rivera hacía el paseíllo con el capote de brega y sin ningún tipo de montera.
En el capítulo de anécdotas, no fue posible conseguir que Castella se colocara junto a sus compañeros para realizarse una fotografía antes de emprender el paseíllo.

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