Botellones bajo las ventanas donde los sufridos residentes intentan sin éxito conciliar el sueño, gritos a altas horas de la madrugada, orines en las puertas de las viviendas... Dolores Acosta, presidenta de la asociación de vecinos del Centro, dibuja una situación caótica que se repite cada fin de semana en numerosas calles y que creían casi desterradas de sus vidas.
¿Cómo ha evolucionado la movida en el Centro?
Cuando se llevaron el botellón al paseo de los Curas hubo un cambio importante en todo el Centro, no solo en la plaza de la Merced, la cosa estaba mejor. Fue así unos cuantos meses, pero después del pasado verano hubo un cambio brutal, porque había menos vigilancia de la policía por las noches. Desde entonces ha sido un desastre, cada fin de semana es horroroso.
¿Qué está ocurriendo?
Sufrimos escándalos nocturnos, gente que sale de los bares con las copas para beber en la calle sin control, voces y gritos hasta por la mañana, pequeños grupos haciendo botellón, orines, vandalismo... La situación se ha agravado con la llamada hora feliz: los bares ya están abriendo a las cinco y media de la tarde de los jueves y se ve a muchos menores de edad. Además, se ha abierto la mano con los establecimientos, han estado cerrados mucho tiempo y ahora vuelven a abrir, porque el Ayuntamiento está dando más licencias. Los avances de diez años de trabajo los hemos perdido en los últimos meses, es una vuelta atrás. El Ayuntamiento tiene que decidir de una vez qué quiere hacer con el Centro, un club nocturno o un ocio de calidad, porque la movida se les ha ido de las manos. Hemos perdido el norte.
¿Qué zonas son más problemáticas?
Desde Álamos, Beatas, la plaza Mitjana y su entorno, Convalecientes, Santa Lucía y en la calle Comedias ha vuelto a empeorar de la noche al día. Hubo una oportunidad de reducir los bares, de cambiar el Centro, porque había caído bastante la actividad, pero han abierto más. Los vecinos estamos desilusionados, contrariados, porque algo que veíamos que iba a mejor otra vez vuelve atrás.
¿Van a emprender alguna acción?
Vamos a hacer una campaña para implicar a los vecinos y que denuncien la situaciones de ruido en la calle y los establecimientos molestos. Pero no estamos dispuestos a empezar de nuevo por el principio. Los políticos tienen que tomar la iniciativa, no vamos a esperar, ya hemos dado bastante tiempo para arreglar la situación. Vamos a cargarnos de razones y si hace falta llegaremos a los tribunales.
Existe un dispositivo electrónico antibotellón que es tremendamente eficaz y que puede activarse a horas determinadas o ser accionado a distancia por un vecino o único agente de la policía local. Su uso está permitido en España y si ningún ayuntamiento lo ha instalado es por no generar polémica -o sea, por no perder votos, hablemos claro-. Son los vecinos de las zonas afectadas lo que deberían apretar bien las tuercas a sus respectivos ayuntamientos instalando ellos mismos en sus fachadas esta clase de dispositivos. Luego la gente se queja exclamando cosas como "¡Es vergonzoso que nadie haga nada!". Pero, bueno, ¿acaso lo hace Usted? ¿Tiene Usted miedo a las represalias de unos miserables? ¿Acaso no está ya sufriendo el vandalismo? Menos quejas y más coger el toro por los cuernos, que parece que en España en vez de sangre corre horchata por las venas de sus gentes.
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