Pese a las derrotas que emborronan el casillero del Málaga en la Liga, Juan Ramón López Muñiz mantiene el discurso y la sonrisa en la cara. En estos momentos, lo que más le preocupa es traerse los puntos de Tenerife y no el ambiente de desilusión que sintió en forma de pitos el pasado domingo en La Rosaleda. "¿Que si los silbidos sientan mal? Lo que me sienta mal es perder. El resto es una parte de lo que rodea al fútbol. El que tenga que escuchar halagos todos los días no sirve para esto", señaló ayer el técnico en su comparecencia habitual de los jueves.
Una vez más, Muñiz y los suyos se encuentran ante un choque de máxima trascendencia. Para el gijonés, sin embargo, no es una final. "Queda mucho por recorrer. Estamos en disposición de conseguir los objetivos fijados de antemano", confesó un Muñiz que sí reconoció que se trata de un partido "más importante" que los disputados con anterioridad.
El entrenador malaguista habló de un Tenerife "muy fuerte en su casa", pero prefirió centrarse en el bloque que adiestra: "Nuestro equipo está jugando a buen nivel, creando ocasiones de gol y por errores puntuales perdemos puntos. Cuando se corrija, el equipo va a tirar para arriba. Es un buen grupo, muy unido".
Asimismo, Muñiz dijo no conocer la existencia de movimientos en forma de fichajes para el mercado invernal: "No lo sé, no tengo constancia de ello". Tampoco comentó en exceso la posibilidad de dar continuidad al 1-3-4-3 que usó en Copa ante el Zaragoza y durante los primeros 20 minutos ante el Valencia: "Tenemos que saber a los que tenemos disponibles. A partir de ahí, afrontaremos el encuentro de la mejor manera posible". Entre esos disponibles, dijo que no descartaba a Apoño "por si acaso", así como la convocatoria del filial Toribio: "Por las bajas puede viajar con nosotros sin problemas".
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