Al Málaga se le esfumó un 0-2 en Sevilla. Sin embargo, ni un ápice de pesimismo se coló en el autobús del equipo a su regreso de Nervión. "Hoy por hoy, es más difícil hacerle daño al Sevilla que al Real Madrid", afirmaba en privado un peso pesado del equipo tras el encuentro. "Tenemos fútbol, se ha podido ver aquí", exclamaba Apoño. La plantilla vio cerca la victoria, pero Munúa también tuvo alguna parada que evitó la derrota. Este empate en casa de uno de los gallitos ha devuelto la sonrisa y una gran porción de confianza al grupo. El Málaga jugó con el corazón en la mano. A Muñiz le iba la vida en el envite, el equipo lo sabía y dio una lección de compromiso con la causa y con su técnico.
Muñiz ganó crédito en Sevilla y seguirá en el banquillo. El punto de Nervión saca al Málaga del pozo. Los jugadores están convencidos de que significará el despegue definitivo: "Queremos los próximos nueve puntos sí o sí". La conjura ya se ha producido. Osasuna es el rival elegido para acabar con la sequía de victorias.
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