Absuelto de provocar la muerte de una chica a la que paseaba en su moto acuática


La Audiencia de Málaga ha decido absolver al joven conductor de una moto acuática de provocar la muerte de una chica de origen vizcaíno a la que paseaba cuando en julio de 2009 ambos cayeron al agua en Benalmádena. Él fue rescatado de madrugada tras permanecer varias horas a la deriva, pero la chica, de 24 años, fue hallada muerta dos días más tarde cerca de la costa de Motril, a 45 millas del lugar donde se produjo el accidente.
El joven, de 32 años, fue denunciado por la familia de la fallecida que le responsabilizó de su muerte por conducir de forma imprudente. Sin embargo, el tribunal considera que «no se ha podido determinar la causa del siniestro ni si el joven fue o no el responsable de su muerte», por lo que le aplica el principio de 'in dubio pro reo' y dicta una sentencia absolutoria, que ya es firme.
Los hechos ocurrieron el 13 de julio de 2009 cuando navegaban en la moto de agua que conducía el joven por Benalmádena. En un momento dado, sin que haya podido determinarse por qué, cayeron al mar y la moto se alejó sin que pudieran alcanzarla ni recuperarla. Los dos chicos permanecieron en el agua con sus chalecos salvavidas, sin que el resto de sus amigos que navegaban por la misma zona en un velero se percataran del siniestro, por lo que se alejaron del lugar sin reparar en ellos. El chico permaneció a la deriva hasta pasadas las dos de la madrugada, hora en que fue avistado por un buque que dio aviso a Salvamento Marítimo, siendo rescatado con vida y en buen estado de salud. La prueba de la alcoholemia que se le practicó dio negativo.
La joven, sin embargo, desapareció. Su cadáver fue hallado por un velero dos días más tarde flotando en aguas cerca de la costa de Motril, a 45 millas de la zona de donde se cayó de la moto acuática. La autopsia concluyó que la posible causa de la muerte pudo ser la hipotermia.
De camino al puerto de La Caleta de Vélez, las lanchas del dispositivo de la Guardia Civil que llevaban el cuerpo de la fallecida tropezaron con la moto acuática volcada sobre un costado, que había sido arrastrada por la corriente.
Ambos jóvenes formaban parte de un grupo de amigos que había salido a navegar con un velero y cuatro motos de agua. La fallecida llevaba un año viviendo en Benalmádena, donde había encontrado trabajo como camarera en un bar en Puerto Marina.

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