Dos conductores que trabajan para un rent a car provocan un accidente al disputar una carrera

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No era Fernando Alonso, ni llevaba un Ferrari, ni estaba en el túnel de Montecarlo. Pero, salvando las distancias, lo parecía. El conductor iba al volante de un Kia Picanto y circulaba a más de 110 kilómetros por hora -calcula la policía- por un paso subterráneo junto a la T-3 del aeropuerto de Málaga. Causó un accidente mientras, supuestamente, competía en velocidad con un Seat Panda. La carrera quedó grabada en las cámaras del aeródromo.
Obviamente, los dos vehículos tampoco pertenecen a una escudería. Son propiedad de un rent a car para el que trabajan los dos conductores implicados a través de una subcontrata. Los empleados, de 24 y 28 años, han sido imputados por dos delitos contra la seguridad vial, el primero por, presuntamente, circular de forma temeraria y el segundo, al superar en 60 kilómetros por hora el máximo permitido para la vía, que es el genérico de la ciudad (50 km/h).
El accidente se produjo a las cinco y veinte de la tarde del 10 de junio en un tramo de la N-348, concretamente en el túnel que discurre junto a la terminal nueva. El escenario con el que se encontró la policía parecía el de un alcance entre dos vehículos. Un Kia Picanto de color amarillo golpeó en la parte trasera izquierda a un Seat Córdoba blanco en el que viajaba una pareja, que resultó herida leve; el hombre se dolía de la muñeca derecha y la mujer, del cuello y la espalda.
Los primeros indicios apuntaban a que el siniestro se produjo cuando el conductor del Kia Picanto maniobró para cambiar de carril y adelantar al coche que le precedía, pero finalmente colisionó contra él.
El Grupo de Atestados de la Policía Local se hizo cargo de la investigación. Los agentes solicitaron al aeropuerto los vídeos filmados por las cámaras de vigilancia. Al ver las imágenes, los policías comprobaron que el Seat Córdoba circulaba por el interior del túnel, utilizando el carril derecho, a una velocidad moderada y con el alumbrado de cruce encendido.
El Kia Picanto, que llevaba las luces apagadas, entró al túnel por el mismo margen de la calzada. Junto a él iba un Seat Panda que utilizaba el carril izquierdo. Ambos circulaban a una elevada velocidad y se iban intercambiando las posiciones, según informó la Policía Local.
Adelantamiento imposible
Cuando llegaron estos dos últimos vehículos a la altura del Seat Córdoba, el Kia Picanto no pudo cambiar de carril porque circulaba en paralelo al Panda. Aunque el conductor del Kia intentó frenar, no pudo evitar la colisión. Según el comunicado policial, el piloto del Panda tampoco aminoró la velocidad para facilitarle el adelantamiento y de ese modo poder evitar la colisión.
La medición de la distancia y del tiempo entre las imágenes captadas por las distintas cámaras permitió a los investigadores calcular la velocidad de los coches, que superaban los 110 kilómetros por hora.

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