Pedro Luis Ferrer | 28/10/2009
La Copa les llega al Zaragoza y al Málaga en un momento de máxima debilidad. Mientras todavía está muy reciente la catástrofe del Camp Nou, un ridículo que ha deteriorado la imagen de Marcelino puertas adentro y entre la afición, el Málaga de Muñiz cierra la clasificación en Primera División con seis derrotas en ocho partidos. Ambos necesitan restañar sus heridas cuanto antes y este partido se presenta como una ocasión inmejorable. Bastante más para el Zaragoza, que juega en casa y para el que la Copa es históricamente una cuestión de Estado. Eso tiene, inevitablemente, sus ventajas y también, claro, sus peligros.
La Copa era un sueño en el horizonte del Málaga al inicio de temporada, pero ahora, vista la clasificación en Primera, sólo puede ser un bálsamo temporal para recuperar autoestima y agarrar confianza. Muñiz lleva dos días concentrado con sus chicos en Zaragoza y hoy se comprobarán los efectos de esa iniciativa típica de los tiempos de vacas flacas. La verdad es que la Copa ya importa poco para el Málaga, pero no este partido.
Muchos cambios. Marcelino, que ha convocado a 19 jugadores, también le dará más de media vuelta a su alineación. Es segura la presencia de López Vallejo en la portería y tienen muchísimos números de ingresar en el once otros seis futbolistas: Laguardia, Ayala, Ponzio, Babic, Lafita y Ewerthon. Más de medio equipo nuevo para intentar redimirse del 6-1.
Por su parte, Muñiz hará debutar a Santamaría en la portería y dará entrada a Edinho -su fichaje estrella-, Xavi Torres, Benachour y hasta a los jóvenes del filial Jurado e Iván. No jugará el lateral derecho Gámez, por el que suspiró Marcelino todo el verano.
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