Madrid vive una apoteosis cofrade con una exhibición de Mena y Prendimiento


Será una vez en la historia. Nunca más se repetirá. Madrid tuvo la gran suerte de ser la sede de la mayor apoteosis cofrade jamás presenciada con quince tronos de otras tantas hermandades de doce ciudades españolas mostrando una forma de sentir y de ser que cautivó a un público entregado. Mena y Prendimiento, representando a Málaga, exhibieron todo su potencial y volvieron a entusiasmar con dos grandes procesiones en las que los caballeros legionarios se llevaron un excepcional protagonismo.
Los quince tronos alineados a lo largo del Paseo de Recoletos madrileño fueron visitados por la mañana por más de un millón de personas. Mena y Prendimiento, que ocupaban la estación número II y XI, respectivamente, fueron de las más admiradas por los entusiasmados espectadores, pero también las más demandadas por los medios de comunicación nacionales. Los traslados de las dos hermandades malagueñas ha dejado huella, con especial atención en los principales telediarios de La 1, 24 Horas, La 2, A3 y Tele 5, quienes ayer volvieron a mostrar imágenes de Jesús del Prendimiento y el Cristo de la Buena Muerte.
El Vía Crucis comenzó a las 19.30 horas, pero desde horas antes desde la plaza de Colón hasta Cibeles no cabía un alfiler. El Papa pasó por delante de cada una de las estaciones, en las que figuraba cada trono, perfectamente montados todos ellos, para posteriormente iniciarse el recorrido penitencial con la denominada 'Cruz del Papa', una cruz sencilla de madera, símbolo de las JMJ, que se paraba delante de cada una de las estaciones, mientras el Sumo Pontífice leía las oraciones, que, por cierto, han sido redactadas expresamente para la ocasión por las Hermanitas de la Cruz de Sevilla, concluyendo delante de la Virgen de Regla. Fue un acto muy emocionante y muy bien montado, sin duda alguna, con gran belleza plástica y muy agradecido televisivamente hablando. Sin duda, la promoción de la Semana Santa de España en el ámbito mundial ha sido extraordinaria.
Tras la ceremonia, cada una de las cofradías inició su desfile procesional, que tuvo un recorrido común para todos hasta la Puerta del Sol, para desde allí dirigirse cada una a sus 'templos'. Mena tenía previsto encerrarse a las 4 de la madrugada en la Catedral Castrense, mientras que Prendimiento lo iba a hacer en torno a las 3 de la mañana.
El cortejo de la mayor procesión de la historia era encabezado por la Virgen de Regla en una decisión anacrónica y polémica, debido a que los cofrades sevillanos se negaron a ser los últimos, como en realidad correspondía, porque «las velas no aguantarían hasta el final y se derretirían antes», explicación que, al parecer, convenció a la organización. No obstante, para en cierta manera contentar a las restantes cofradías, que en las reuniones previas manifestaron su desacuerdo, se dejó un amplio espacio, de unos 700 metros más o menos, hasta la 'Cruz del Papa', que abría a modo de cruz guía el gran cortejo, con la Sagrada Cena, de Salzillo (Murcia), que solo haría unos cientos de metros del recorrido por la fragilidad de su valiosísimo grupo escultórico, encerrándose poco después de las once de la noche, por lo que la mayoría del itinerario llevó a Jesús del Prendimiento como primer trono. Mientras el Prendimiento (El beso de Judas, II estación) iniciaba su marcha sobre las 22.30 horas, Mena (Jesús Muere en la Cruz, XI estación) lo hizo cuando los relojes pasaban de largo la una de la madrugada, tras los toques de campana que compartieron la infanta Doña Elena y el alcalde la ciudad. Tras ello, el fervor llegó con los cantos legionarios y las ovaciones de una multitud verdaderamente entusiasmada y entregada. Era tan enorme la multitud para ver las procesiones, que el recorrido se inició con más de una hora de retraso debido a que era imposible abrir espacios suficientes entre la muchedumbre.
A los sones de la malagueña de Lecuona, en trono del Prendimiento pasó por delante del Cristo de la Buena Muerte, y se levantó a pulso entre los aplausos enfervorecidos del público que presenció la escena. Los pulsos se volvieron a repetir cuando el trono enfiló la calle Alcalá. El Prendimiento contó en su procesión con los guiones de Málaga capital y de la provincia al ser la cofradía oficial de la Diócesis de Málaga en este acto. El diputado de Medio Ambiente, Juan Jesús Bernal, acompañado del vicepresidente primero de la Diputación, Francisco Oblaré y la diputada de Cultura, Marina Bravo, tuvo el honor de portarlo, mientras que los hombres de trono lucían túnicas bordadas especialmente para la ocasión. En la salida estuvo presente el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien llegó sobre el mediodía a la capital de España para presidir los actos de las cofradías malagueñas, relevando a Carolina España, primera teniente de alcalde, quien lo hizo en los actos del jueves. Al acto asistió también la concejala Teresa Porras.
En la cabeza de procesión del Prendimiento desfiló la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos, con su uniforme de gala, mientras que detrás del trono fue acompañando la Banda de Música de Zamarrilla, otro de los grandes protagonistas de estos días en Madrid por su éxito al ser la agrupación musical elegida para recibir al Papa en la Puerta de Alcalá. Acompañaban al grupo escultórico de Capuchinos unos 200 hermanos con velas, mientras que el trono era escoltado por diez guardias civiles voluntarios de Madrid. Igualmente desfilaron unas 20 mantillas. A los pies de Jesús del Prendimiento figuraba una penca cargada de biznagas, llegadas expresamente unas horas antes en Ave.
La Infanta y Mena
Pero si fue un día inolvidable para todos, hay que reconocer, sin desmerecer a nadie, que el gran protagonista de la noche en Madrid fue el Cristo de la Buena Muerte. Ver esa impresionante talla de Palma sobre ese trono procesional pasar a los sones del 'Novio de la muerte' por parte de 180 caballeros legionarios es algo tan impactante que nadie puede quedar ajeno. Doña Elena, que la víspera fue a visitar al Cristo a la Catedral Castrense, coprotagonizó la salida procesional con los toques de campana dados junto a Francisco de la Torre. Entre los asistentes al acto también se dejó ver Jaime de Marichalar. Fue verdaderamente impresionante, cómo los gritos y vivas hacia el Cristo y las fuerzas legionarias, que jalonaron todo el recorrido.
Mena formó con dos turnos de hombres de trono, también con túnicas especialmente realizadas para este día, que se relevaron a mitad del recorrido, dirigidos por mayordomos vestidos con chaqué. En sus actos estuvieron el alcalde de Málaga, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, ya que el Ayuntamiento matritense figuró en el cortejo bajo mazas. Policía Municipal de Madrid y miembros del SAMUR desfilaron también con sus trajes de gala.
Trescientos hermanos de vela daban luz al trono de Palma mientras los legionarios del IV Tercio de Ronda Alejandro Farnesio, con Banda de Cornetas y Tambores y Música, sumando casi doscientos soldados, desfilaban detrás del Cristo que es su Patrono y Protector entonando una y otra vez el 'Novio de la muerte', estampa que, repito, causó un verdadero furor en la capital de España.
La noche cofrade estuvo llena de estampas emotivas y únicas, con gran presencia de cofrades malagueños a lo largo de los recorridos que realizaron las hermandades de nuestra Semana Santa, que han sido protagonistas de primera importancia en todo lo acontecido y vivido en Madrid.

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