Unos vecinos de la barriada de La Corta, en Málaga, han denunciado ante la Guardia Civil el hallazgo de una treintena de restos óseos supuestamente procedentes del antiguo cementerio de San Miguel, clausurado en 1987. El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) del instituto armado, que inició las investigaciones hace unos diez días considera, en principio, que los restos no son recientes ni corresponden a ningún enterramiento irregular.
No obstante, el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga ha ordenado el precinto de la zona y la realización de una cata en la antigua cantera donde se han hallado los huesos para comprobar si hay más restos. Sobre la tierra del cementerio de San Miguel se han vertido escombros y tierra procedente de otros sitios, según el jefe del Seprona, Alonso Gómez. La inestabilidad de los terrenos y la necesidad de respetar los posibles restos enterrados obligará a utilizar maquinaria especial.
Los huesos salieron a la superficie debido a un corrimiento de tierras en la cantera. Una asociación de familias gitanas avisó del hallazgo a representantes de Izquierda Unida, quienes lo comunicaron la Policía Local, que ha acordonado la zona. La Policía Científica se encargará de analizar los restos.
No es la primera vez que el antiguo cementerio malagueño se ve envuelto en prácticas irregulares. En enero de 2006, un grupo de vecinos del camposanto denunció que se estaban quemando ataúdes con restos cadavéricos junto a las casas a plena luz del día, y no en un horno como debería haberse hecho. El gerente de los cementerios malagueños, Rafael Toval, adujo entonces que el horno crematorio estaba estropeado. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP) dijo que esa actuación, contraria al reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria no se volvería a repetir.
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