La niña de 13 años hallada muerta en Málaga fue asesinada a golpes

Esther J.M, de 13 años, fue vista por última vez en un bar de su pueblo, Arriate, en la provincia de Málaga, cuando pidió un vaso de agua. Un día después, un bombero encontraba su cuerpo sin vida en la caseta de una piscina, y su autopsia revelaba que la joven fue asesinada a golpes. Sus padres, que aseguran no tener enemigos, piden que se encuentre al autor de los hechos, y que, una vez en la cárcel, cumpla de forma "completa" la condena.

El pueblo malagueño donde vivía la menor está conmocionado, y repartía por Arriate lazos negros de luto. Su alcalde, Bernardino Gaona, declaraba a los medios que las investigaciones "van por buen camino", afirmando que lo sucedido se podrá resolver "antes de lo que suele ser habitual" en estos asuntos. La Guardia Civil centra la investigación en el entorno de la víctima. Por el momento se mantiene el secreto del sumario y el juzgado todavía no ha concedido la autorización para proceder al entierro, que tendrá lugar en la localidad natal de la familia, Paterna de la Ribera (Cádiz).

El Ayuntamiento del municipio malagueño de Arriate convocó ayer un pleno extraordinario en el que se acordó decretar tres días de luto oficial por la muerte de la menor de 13 años, cuyo cadáver apareció el jueves tras dos días de búsqueda.

Alrededor de 400 personas se concentraron ayer a las puertas del consistorio del municipio andaluz para mostrar su repulsa por la muerte de la niña.

La autopsia realizada a lo largo de la mañana de ayer por varios forenses confirmó que se trata de una muerte violenta, según informaron a la agencia Europa Press fuentes cercanas al caso, quienes indicaron que presenta un traumatismo craneoencefálico. Además, se han extraído numerosas muestras que serán remitidas para ser analizadas en Sevilla y Madrid.

El subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, informó de que no se descarta ninguna hipótesis en la investigación, porque, según aseguró, por la información que le han facilitado los agentes de la Guardia Civil, "en el lugar del crimen hay huellas que pueden esclarecer quién ha sido: una o varias personas".