La heroicidad de las victorias no reside en los grandes escenarios ni tampoco ante los grandes adversarios. Casi siempre se encuentra en la complejidad de superar los contratiempos que se presentan. Para unos es una montaña inaccesible, para otros, como el Málaga, conseguir una victoria. Por eso ayer el conjunto albiceleste consiguió un triunfo heroico. Una victoria balsámica que le permite resoplar desde lo más profundo de su ser. Un logro que saca al equipo de los puestos de descenso más de tres meses después.
Y lo hizo con sufrimiento, como no podía ser de otra forma. De manera agónica, con un gol a seis minutos del final y con el corazón encogido por la necesidad de los puntos que no llegaban. Sí, este Málaga que coquetea con el descenso suma nueve jornadas sin perder y acaba de salir de los puestos calientes de la clasificación. Casi nadie en Martiricos recuerda la última derrota malaguista. Fue hace mucho, pero es que cada empate en los últimos meses ha sido como una zancadilla a la reacción.
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