Paró a repostar y luego cogió la autovía para volver a casa. Por el camino, notó algo extraño en su coche, un Nissan Primera con siete años. «Hacía amagos de pararse, pero no iba muy mal del todo», afirma Rafael. Fue al día siguiente cuando lo dejó tirado. «Comenzó a dar frenazos, se paraba y volvía a encenderse, y hacía unos ruidos muy fuertes, como si fuesen petardos».
El diagnóstico de los mecánicos del taller al que lo llevó fue rotundo. Un problema del combustible había destrozado los inyectores. Factura estimada de la reparación: más de cuatro mil euros. «Y no me garantizaban que se quedase bien», añade Rafael, que prefiere preservar el anonimato. Cuando acudió a la gasolinera junto a Carrefour-Los Patios, donde había repostado, descubrió que no era el único. Ya hay 137 conductores que, como él, han presentado reclamaciones contra la estación de servicio por averías que achacan al carburante que les suministraron en ella.
Todos los afectados tienen en común que pasaron por esta gasolinera de la capital entre los días 5 y 6 de diciembre, y utilizaron el surtidor de gasóleo A. De los 600 conductores que lo usaron esos días, un total de 137 ya han presentado hojas de reclamaciones por averías en sus coches, según confirmaron fuentes de Carrefour. Sus vehículos han sufrido daños en los filtros de combustible y en los sistemas de inyección cuyos costes de reparación ascienden, en algunos casos, a los seis mil euros.
Los afectados culpan en sus reclamaciones al gasóleo que les suministraron en la estación de servicio. En Carrefour reconocen que se ha abierto una investigación para aclarar si el carburante se encontraba en mal estado. Se ha realizado un análisis de una muestra del combustible que tenía en el depósito uno de los coches averiados. Al parecer, el resultado de esta primera prueba no es concluyente, por lo que se está pendiente de un segundo estudio que en estos momentos se está llevando a cabo en unos laboratorios.
En cualquier caso, la compañía calificó el incidente de «hecho puntual» entre las 96 gasolineras que Carrefour tiene repartidas por el país y en las que -insistieron- nunca ha ocurrido algo así. La aseguradora de la empresa ya ha empezado a contactar con algunos de los afectados, aunque se está a la espera del dictamen de los peritos.
Entre tanto, los damnificados, que planean organizarse para constituir una plataforma, han tenido que improvisar soluciones al verse sin su medio habitual de transporte. Ante el montante de la factura, Rafael ha optado por comprar un automóvil nuevo, aunque aún no se lo han entregado, por lo que ha tenido que alquilar uno -afirma que paga 30 euros diarios- para desplazarse a su trabajo. «Llevo un mes si coche, sin saber qué va a pasar y soportando gastos», se lamenta este conductor. «Conozco a un afectado -apostilla- que ha tenido que pedir un crédito al banco para hacer frente al problema».
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